Croacia puede presumir de muchas cosas, como por ejemplo de tener algunas de las playas más impresionantes de Europa y un paraíso de lagos y cascadas; y de poseer una ciudad amurallada. Pero también puede hacer gala de haber creado una prenda que se expandió por todo el planeta: la corbata.
Fue en el siglo XVII cuando Francia, requirió de soldados croatas para apoyar a Luis Xlll y a Richelieu en la guerra franco-española. Unos 6.000 soldados acudieron a la cita llevando consigo un complemento que encandilaría a los franceses.
A la hora de despedirse de sus novias en Croacia, éstas tenían por costumbre anudarles un pañuelo alrededor del cuello para protegerles del frío y como símbolo de cariño. Al llegar a Francia, esta forma tan peculiar de ponerse el pañuelo conquistó enseguida a sus nuevos anfitriones que comenzaron a llamarlo “Kravata”; de ahí, el origen de la palabra: corbata.
Durante el reinado de Luis XIV en 1650, la corbata se instaló en la corte, en el trono y en la alta burguesía como símbolo de elegancia, clase y distinción. Este atuendo que se originó entre soldados y gente humilde, acabó siendo un símbolo de la realeza francesa y poco a poco, fue extendiéndose hasta conquistar Europa.
Curiosamente, la amante del Rey Luis XIV (Rey Sol), Madame de Lavalière, fue una entusiasta de la corbata y se esforzó por difundirlo al máximo inmortalizando y haciendo propio un tipo de nudo en concreto: el nudo de la lavaliera. Eso sí, todos aportaban su toque de distinción con puntillas, cintas de seda o bordados propios.
Los croatas, muy orgullosos de ser los precursores de la corbata, han convertido este invento en un símbolo nacional y, de hecho, el 18 de Octubre de cada año celebran el Día de la Corbata. En 2003 entraron en el libro Guinness de los récords con Kravata oko Arena, la corbata más grande del mundo con 808 metros de largo, 25 de ancho y en color rojo.
